22/3/14

Conexiones: Siemens, Bateson, Epistemología y Ontología

En una reunión con un grupo de estudiantes de doctorado de la semana pasada, una estudiante compartió su desafiante, e incluso emocionalmente agotadora, experiencia asistiendo a su primer curso de doctorado. Gran parte de lo que contó no se centró en su aprendizaje o en el contenido. Las dudas que ella compartió eran más bien sobre sí misma, sobre sus frustraciones en cuanto a integrar los estudios de doctorado con su vida personal y profesional, la fatiga del aprendizaje y lo abrumada que se sentía. Reflexiones personales como esta son importantes, pero por lo general no son consideradas cuando se habla de aprendizaje y de ser un estudiante exitoso.

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El aprendizaje implica muchas dimensiones, pero fueron dos especialmente las que se destacaron en la conversación con mis estudiantes de doctorado: la epistemológica y la ontológica. La epistemología tiene que ver con el conocimiento. En el proceso educativo, esto significa centrarse en ayudar a los estudiantes a aprender los conocimientos (conceptos, ideas, relaciones) que un profesor haya determinado como importantes. La mayor parte del pensamiento sobre mejorar la educación se centra en el aspecto epistemológico del aprendizaje. Mientras la epistemología se dirige al "conocer", la ontología se ocupa de "ser" o "llegar a ser". Para muchos estudiantes este es el obstáculo más considerable para aprender. Nuestro sistema educativo y nuestras prácticas de enseñanza pasan por alto en gran medida los principios ontológicos. En su lugar, el foco se dirige al desarrollo del conocimiento a expensas de "llegar a ser un aprendiz". 
 
- SIEMENS, G. (2014) The vulnerability of learning. elearnerspace.org. URL: http://www.elearnspace.org/blog/2014/01/13/the-vulnerability-of-learning/
 
 
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En la historia natural del ser humano viviente, la ontología y la epistemología no pueden separarse. Sus creencias (por lo común inconscientes) acerca de qué clase de mundo es aquél en el que vive, determinarán la manera como lo ve y actúa dentro de él, y sus maneras de percibir y actuar determinarán sus creencias acerca de su naturaleza. El ser humano, pues, está ligado por una red de premisas epistemológicas y ontológicas que -independientemente de su verdad o falsedad últimas- se convierten parcialmente en autovalidantes para él.

Es una torpeza referirse constantemente a la epistemología y la ontología [...] No parece existir una palabra adecuada para cubrir la combinación de estos dos conceptos. Las aproximaciones más cecanas son "estructura cognitiva" o "estructura del carácter", pero estos términos no lograr sugerir que lo importante es un cuerpo de suposiciones habituales o premisas implícitas en la relación entre el hombre y el ambiente, y que esas premisas pueden ser verdaderas o falsas. Usaré, por ello, en el presente ensayo el término único de "epistemología" para abarcar ambos aspectos de la red de premisas que gobiernan la adaptación (o mala adaptación) al ambiente humano y físico. Para emplear el vocabulario de George Kelly, son éstas las reglas mediante las cuales un individuo "construye" su experiencia.

-BATESON, G. (1998) La cibernética del "sí-mismo" (self): una teoría del alcoholismo, en Pasos Hacia una Ecología de la Mente. Argentina: Lohlé-Lumen. pp.344.

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